Descubre cómo las empresas yucatecas líderes están utilizando el branding emocional para crear Lovebrands regionales y alcanzar el éxito en el mercado.
Las empresas yucatecas, orgullosas de su legado y tradiciones, tienen un gran potencial para convertirse en Lovebrands.
Ellas han logrado:
- Conectar con los valores y sentimientos de los consumidores yucatecos.
- Crear una identidad de marca única y memorable.
- Fidelizar a sus clientes y generar una comunidad apasionada.
- Desarrollar una ventaja competitiva sostenible.
¿Qué es una lovebrand?
Una Lovebrand es una marca que ha logrado crear una conexión emocional profunda con sus clientes. A diferencia de las marcas tradicionales que se enfocan en atributos tangibles como el precio o la calidad, las Lovebrands apelan a los valores, sentimientos y aspiraciones de los consumidores.
En el caso del Sureste, además, la Lovebrand viene también como parte del orgullo regional y no es que los productos sean inferiores, de hecho hay categorías que no existen, pero se convierten en el estandarte de “lo Yucateco”.
¿Por qué le debería interesar a las empresas convertirse en Lovebrands?
Las Lovebrands ofrecen a las empresas una serie de beneficios tangibles e intangibles, entre los que se encuentran:
- Mayor lealtad de los clientes: Los clientes que se sienten conectados emocionalmente con una marca son más propensos a repetir sus compras, recomendar la marca a otros y defenderla ante la competencia.
- Mayor disposición a pagar más: Los clientes de Lovebrands están dispuestos a pagar un precio premium por los productos o servicios de la marca, ya que valoran la conexión emocional que han establecido.
- Mayor resistencia a la competencia: Las Lovebrands tienen una base de clientes sólida y leal que es menos susceptible a las ofertas de la competencia.
- Mayor reputación y prestigio: Las Lovebrands son percibidas como marcas confiables y de alta calidad, lo que les da una ventaja competitiva en el mercado.
- Mayor satisfacción de los empleados: Los empleados que trabajan para una Lovebrand se sienten más orgullosos de su empresa y más comprometidos con su trabajo.
Me gustaría darte algunos ejemplos.
Tere Cazola: la revolución más dulce de todas
El mundo de los postres está dominado por una oferta digna de la diabetes, chocolate sobre chocolate, con kit kat y más chocolate.
La señora Cazola tuvo la brillante idea de balancear los sabores y crear nuevas experiencias para el paladar.
Su revolución fue tan grande que hasta el día de hoy tengo que hacer escala en la sucursal Aeropuerto para llevarle a cualquier amigo al que visite a nivel nacional.
¿En qué reside la grandeza de Tere Cazola?
En la inventiva, la escalabilidad de su modelo de negocio y en la visión que tuvo para defender su estilo sobre la oferta que ya existía.
Aún al día de hoy, con la competencia que ha llegado del centro del país que detonó un hype que hizo a algunos acampar, Tere Cazola sólo mira a los demás reposteros repartirse un pedazo del pastel que a ella no le interesa.
Galletas Dondé: el corazón de la infancia yucateca
Si uno se para en una sala de juntas, y comienza a cantar “yo soy Globito compañero de bizcochito…” alguien inevitablemente seguirá la canción o terminará tarareándola.
Globito y Bizcochito son los estandartes de la galletera Dondé, una deliciosa marca que ha sabido adaptarse a la competencia e incluso, ha sabido cómo expandirse a otros mercados.
Las galletas Dondé tienen un lugar especial en el corazón de los yucatecos y, a pesar de las acusaciones de plagio que se le hagan a los nombres de sus productos (por ejemplo: el equivalente a las Emperador son las Conquistador), hay algo que los yucatecos defienden a capa y espada: la calidad superior de las galletas. Y tienen razón.
Mientras Gamesa cuenta con procesos industrializados de gran tamaño y capacidad, la galletera Dondé aún se mantiene firme a sus orígenes. Además, la experiencia sensorial de quien está regresando contento a casa y pasa frente a la galletera es un plus.
El éxito de Dondé está en la calidad del producto, pero también se encuentra en la forma que forjó la infancia de muchos yucatecos que ahora son parte de la fuerza de consumo.
La “botana” que botanea a los demás
Este se trata de una lovebrand intangible, llamémosle patrimonio que los yucatecos deberían heredar a la humanidad.
Por un lado, Yucatán es un lugar de tradiciones y las cantinas son una de ellas. Le guste a quien le guste ¿por qué?
En muy pocos lugares existe una “cultura de la botana”.
El modelo de bar importado no contempla los alimentos como una cortesía hacia los parroquianos.
A nivel nacional, el modelo de la cantina puede incluir “botana” en forma de platillos, pero sólo en Yucatán existe un verdadero amor por el botaneo.
Si acaso encontrará su equivalente en el “tapeo” español, pero unas tapas no se comparan con unos kibis, frijoles refritos o codzitos.
Un yucateco que va por una cerveza a cualquier otro lugar inevitablemente preguntará “¿no hay botana?”.
Lo interesante de “la botana” es la creación de una nueva forma de tomar cerveza, parte de la nueva revolución cerveza con marcas que poco a poco se posicionan en el gusto del mercado local, que van a escalar para convertirse en el estandarte del orgullo yucateco en forma de bebida deliciosa.
¿Y cuál es el secreto de las LoveBrands?
El secreto tras estas lovebrands está en la calidad del producto, porque en Yucatán sabemos hacer las cosas. Pero también está en cómo supieron hablarle a la audiencia, pocas cosas irritan más al mercado yucateco que una marca “global” intentando hacer bombas.
Entender este particular mercado es la única forma de construir marcas tan exitosas como las que mencionamos aquí.
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