Hoy en día tener un logo y pensar que con eso se tiene una marca es como decir que un ladrillo es una casa. Gran parte de la fortaleza que tienen las grandes empresas es porque tienen una identidad definida con la cual trabajan día con día.

¿Qué es la identidad corporativa?
La identidad corporativa de una empresa es el conjunto de características tangibles e intangibles con las que la empresa se identifica.
La identidad tiene una cara interna y otra externa: la faceta interna es representada por sus valores, ideales, metodología, estrategias… y la faceta externa es el reflejo de lo anterior por medio de una imagen corporativa.
Es, en definitiva lo que la hace única y diferente a las demás, o sea lo que le brinda personalidad. Esa manera en la que la recordaran sus clientes.
Por ejemplo, el psicoanalista Carl Gustav Jung decía que existen patrones universales de conducta con los que los seres humanos se sienten identificados. Sobre dicha teoría definió 12 arqueotipos de personalidad de las marcas, que son los que precisamente se utilizan en marketing para dotarlas de identidad y segmentar sus mercados.
Los 12 Arquetipos de Personalidad son:
- El Inocente
- El Hombre Corriente
- El Explorador
- El Sabio
- El Héroe
- El Forajido
- El Mago
- El Amante
- El Bufón
- El Cuidador
- El Creador
- El Gobernante
Cada uno tiene claro sus valores, por lo tanto da diferentes mensajes y tiene clientes distintos. Si es de tu interés puedes revisar lo que Carl Gustav plantea de cada una y saber qué características coinciden con tu marca. Si te gustaría que profundizáramos en cada uno con un artículo, hazlo saber en los comentarios.
¿Por qué es importante la identidad corporativa?
Porque nos permite tres cosas claves para que una marca triunfe:
- Permite diferenciarte de la competencia
- Permite conectar emocionalmente con tu público objetivo
- Permite saber qué tipo de estrategias de marketing llevar a cabo.
¿Cómo definirla?
Para empezar se debe dar respuesta a las siguientes preguntas:
¿Quiénes somos?, ¿Qué amamos?, ¿Qué odiamos?, ¿Qué nunca seremos?
Tener claro si la marca es: ¿Formal o divertida?, ¿Clásica o innovadora?, ¿Premium o económica?, ¿Artesanal o tecnológica?, ¿Práctica o inspiradora?
Se debe plantearse ¿Quién será el cliente ideal?
Se debe tener presente que ‘público objetivo’ es un grupo de personas de un cierto perfil que quieren o necesitan lo que se ofrece y que, por esa razón, es probable que estén receptivos a comprar productos o a contratar ciertos servicios.
Pero el ‘Cliente ideal’ es mucho más, porque que valora tu producto, no tiene problemas para pagarlo, y hasta lo recomienda.
Todo lo que haga una marca debe ser coherente con la identidad que se haya definido. Por tanto se tiene que planificar comportamientos adecuados a la empresa para generar significados correctos y posicionar dicha marca en la forma que se busca.
Por ejemplo: una marca no puede pretender ser simpática si sus empleados son serios o no les gusta tratar con la gente.
Todo lo que tu identidad dice ser debe mostrarse 24h los 365 días del año.
Después de definir una identidad de manera interna se podrá crear un nombre, todo lo que conlleva la imagen, y después definir estrategias de posicionamiento.
Porque una empresa más que una manera de vender, en mucho aspectos es una promesa.