Todos hemos escuchado la frase “solo tienes una oportunidad para crear una primera impresión”. Y es muy cierta, aplica también para las empresas… en este artículo sabrás porqué.
¿Qué es la imagen corporativa?
La imagen corporativa constituye la forma en la que una empresa se presenta ante el mercado, es decir, tanto el universo visual como la percepción que el público tiene de esa entidad. Son aquellas ideas, sensaciones, juicios, percepciones, experiencias y opiniones tanto positivas como negativas que tenemos antes y después de conocer los servicios o productos de una marca. Esta herramienta se encarga de gestionar diferentes estímulos para llegar a la imagen deseada en la mente de los públicos.
¿Por qué es importante?
En un clima empresarial tan competitivo y saturado las oportunidades de llamar la atención se reducen, es por ello que tener una imagen atractiva para los consumidores aumenta la oportunidad de ser reconocido, diferenciado, causar una buena impresión y ser recordado.
Puede ser que tu empresa tenga atributos que otras no tienen, también puede que tenga una calidad superior a otras a la hora de realizar un servicio o vender un producto pero si no lo refleja en su imagen podrías estar perdiendo muchas futuras negociaciones.
Grandes empresas trabajan continuamente para crear y transmitir una imagen positiva ante sus clientes, empleados, accionistas, y público en general.
Una imagen corporativa coherente ayudará a incrementar el valor de la marca, crear un vínculo emocional con los clientes, lo cual conlleva a la fidelización, de igual manera permitirá generar la sensación de ser una marca que brinde seguridad y confianza.
Y seamos sinceros, todo lo mencionado anteriormente es lo que cotidianamente buscamos al intercambiar nuestro dinero por un producto o servicio.
Tres pasos esenciales para mejorar tu imagen corporativa:
- Elaborar un análisis DAFO y revisar los objetivos generales: Un paso clave es conocer y analizar las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades de la compañía. Tomar aquello que hace a la empresa fuerte e identificar aquello que actualmente ya no funciona. Revisar los objetivos también será útil, ya que a veces sucede que lo que una empresa perseguía al principio fue evolucionando o nunca tuvo sus objetivos completamente claros. Para crecer, hay que tener una base sólida.
- Crear o modernizar tu estrategia de comunicación: No siempre conviene querer estar presente en todos los medios de difusión. Para que una imagen tenga éxito, es importante que se difunda a través de aquellos canales que sean acordes con su mensaje y la actividad empresarial. Y si por algún motivo esos canales dejan de ser funcionales, la solución pasa por elaborar una estrategia que se adapte a las exigencias del momento.
- Generar un manual de identidad corporativa: Es un documento que recoja todos los conceptos que nos definan: la misión, los valores, la identidad visual con sus aplicaciones de manera interna y externa. Pero lo más importante será seguir todas esas pautas de manera constante y estructurada, porque eso significará ser fiel a la empresa misma para que entonces los consumidores quieran compartir los mismos ideales.
Y ya para concluir, una última recomendación… En la mayoría de los casos se requiere el asesoramiento de profesionales en el tema. La imagen de una empresa es un arma de doble filo, ya que puede llevarla al éxito o ser un factor que la empuje al fracaso desde el momento en que comience a ser incongruente y/o confusa para los clientes.
¿Cómo quieres que los demás vean tu marca? Te sorprenderás de la cantidad de oportunidades, mejoras y alternativas que un experto pondrá a tu alcance para que todo sea mucho más sencillo.