Sí, Disney hace rebranding. No, no estamos hablando de un cambio en el clásico logo de la firma de Walt. Estamos hablando de sus remakes y su capacidad de reinventarse sin perder su esencia.
Disney se está centrando en mantener sus marcas frescas e interesantes para su audiencia, atendiendo lo que busca la sociedad y la cultura. Este objetivo lo logran de forma increíble a través del rebranding de sus cortometrajes clásicos.
La estrategia de llevar sus historias y personajes reconocidos a la pantalla grande pero a un nuevo nivel fue una noticia que causó euforia para las generaciones nostálgicas y para las nuevas generaciones. En los últimos años, se han previsto una serie de remakes que tienen a la gente ansiosa, ya que prometen ser una versión más moderna y con otra perspectiva en el trama. Ese es el poder del branding.
En el caso de las versiones live-action, es imposible no compararlas con las cintas originales y ser minucioso en cada detalle para ver si logra superar o por lo menos compararse a la anterior. No cabe duda que están increíblemente bien hechos y que fueron bien pensados para entrelazar la realidad y el estilo de fantasía e inocencia que define a Disney.
Aunque no lo parezca, de un Rey León hay una masterclass en cómo transformar una marca para una audiencia moderna sin perder el corazón que le hace latir o la esencia de su personalidad. Si de alguien se puede aprender de rebranding, es de Disney.
¿Qué necesita ser un rebranding para funcionar?
Disney es el experto en entretenimiento y comunicación, tanto así que ha logrado integrar el branding de la forma ideal en los remakes de sus películas.
Primero, hay que delimitar criterios para determinar si un rebranding es bueno o malo. Un buen rebranding debe cumplir con las siguientes características:
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Crecer sin eliminar la esencia integral de la marca:
Con esto no se refiere a que las adaptaciones deben ser exactamente iguales a las películas clásicas, al contrario, debe ser sobre buscar un equilibrio entre lo actualizado pero sin perder la esencia carismática que rodea a la marca. Los personajes de Disney son amados y reconocidos por las enseñanzas que han dejado en sus historias y en el caso de los remakes no puede ser diferente.
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Mantener vivos los símbolos y atributos de asociación:
Una notoriedad en la comercialización de los remakes de Disney es la promoción visual. Ver una zapatilla de cristal en un poster o una lámpara mágica hace que enseguida el público reconozca que se trata de la película de Cenicienta o de Aladdin, sin tener que poner el título. Entienden lo que les están vendiendo. A través de estrategias como estas, el estudio puede intercambiar la conciencia cultural para vender la nueva versión.
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Atemporalidad:
De entrada los remakes de Disney no son solo para niños. Aunque pudiera parecer que son el público objetivo, en realidad son adultos y familias quienes más se emocionan.
Hay que tomar en cuenta que en Hollywood dependen tradicionalmente de las estrellas para vender sus películas. En el caso de Disney, las personas quieren seguir recordando las películas de su infancia y así es como el marketing de películas ha adoptado el concepto.
Con las historias de Disney, a pesar de tener muchos años de su creación, el branding es atemporal y capaz de motivar a cualquiera a vivir experiencias en sus parques, comprar sus productos, ver sus películas. Es trascendental porque logra transmitir ese amor y reconocimiento de generación a generación.
Disney y el rebranding como expertos
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La bella y la bestia:
Fue estrenada en 2017 y protagonizada por Emma Watson en el papel de la Bella y Dan Stevens como la Bestia. Su producción se destacó por recrear las locaciones y vestuarios tal cual como lucen en la película animada, además colaboró con artistas como Céline Dion (que originalmente participó en la película original), Ariana Grande y John Legend para darle voces actuales a la banda sonora.
Disney entiende lo que atrae a las personas y por eso mismo hace partícipe a intérpretes reconocidos para que formen parte de la magia. Haciendo un rebranding agradable.
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El libro de la selva:
Uno de los remakes favoritos por el público fue la cinta del Libro de la Selva, no solo por el increíble trabajo visual, sino también por seguir la historia del dibujo animado.
Los personajes a pesar de ser live-action siguen teniendo una versión animada con alma y expresiones y para rematar le dio en el clavo con un twist más oscuro. Disney pone las reglas y sabe cuándo arriesgarse.
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Aladdin:
¿Fue la banda sonora, Will Smith o los números de baile lo que se llevaron la película?
Esta adaptación fue una una de las más esperadas por todos. Desde semanas antes del estreno ya se veía al elenco de Aladdin haciendo Street Marketing para anunciar que algo increíble estaba por venir.
Aparte de la divertida aparición de Will Smith y la magia de la producción, se pudo ver algo diferente de la cinta original, en la que Jazmin se muestra aún más empoderada, dejando a un lado los estereotipos de princesa y alzando la voz en nombre de las mujeres.
En fin, la clave es trabajar para tener una identidad fuerte de marca, con un lenguaje e imagen que trascienda en todas sus ideas como un gran poder en la industria. Con suficiente creatividad, solo queda colocar las cosas en su lugar y dejar que el reconocimiento del público haga lo suyo.