El tono de voz de mi marca
La mayoría de las empresas se centran en crear una identidad visual poderosa, pero muchas se olvidan de un detalle importante el cuál es crear una identidad verbal acorde a su personalidad de marca.
Y bien después de crear una identidad única y definir una personalidad de marca hay que plantearse la manera en la que se va a transmitir esa personalidad.
La respuesta es: a través de lo que muestras (identidad visual), lo que dices (identidad verbal) y lo que haces (comportamiento de marca).
Sin embargo, en este artículo nos centraremos en la voz de la marca, la olvidada en la mayoría de las estrategias de marca y no menos importante que la imagen, ya que juega un papel importantísimo en la creación de una marca fuerte, ya que esos detalles son los que la permiten diferenciarse.
Evidentemente, las empresas que carecen de una identidad verbal lo reflejan en una comunicación floja, sin gancho, sin creatividad y sin coherencia si la relacionamos con su identidad visual.
¿Qué es la Identidad verbal de una marca?
¿Te has fijado en lo diferente que habla un empresario a un hippie o un cholo? Es verdad son ejemplos muy extremos pero lo que quiero dar a entender es que la manera de hablar dice mucho de alguien.
Lo mismo sucede con las marcas. Es por ello que la identidad verbal es un herramienta de branding que permite a una marca transmitir sus mensajes de forma estratégica, alineada con su propuesta de valor y personalidad para construir las percepciones adecuadas que quiere que su público perciba y asocie a ella.
En pocas palabras, es el cómo debe expresarse una marca.
Entre sus beneficios está el poder diferenciarse de la competencia, ser coherente con la estrategia de marca y así evitar dar mensajes erróneos que no van de acuerdo con sus valores y atributos. El tener una identidad verbal mejorará el posicionamiento y reputación de marca, y por supuesto la conexión con tu público objetivo.
Así que vale mucho la pena contemplarla.
¿Cómo se crea la voz de la marca?
-
Matriz de mensajes
Primero que nada se debe tener una matriz de mensajes, la cual es una guía con la que definimos lo que contamos a cada una de nuestras audiencias (público objetivo, cliente ideal, equipo, junta directiva, proveedores, prensa…) para construir la percepción que de nuestra marca queramos que tengan.
Esta sirve para dotar a la marca de contenido, para contar cuál es su porqué, cuál es su promesa para hacer del mundo un lugar mejor, cuál es su actitud y personalidad, cómo ve la vida y qué es lo que nos propone.
Por ejemplo se puede preparar un listado de mensajes principales y secundarios para cada tipo de audiencia.
Con la matriz de mensajes, la clave es definir las ideas claves a transmitir.
El copy final lo determinará el momento y el medio en que se vaya a lanzar.
Es decir, no se trata de hacer un listado de mensajes que suenen bien sin más, sino de definir lo que esperamos que entiendan los demás con esos mensajes.
De este modo, todo aquel que tenga que comunicar algo de la marca tendrá claro las ideas a transmitir.
Muy importante: pensar cómo vamos a comunicar no es suficiente.
Tenemos que pensar qué queremos que los demás entiendan, no sólo desde nuestros objetivos como empresa, sino desde el contexto concreto en el que se encuentran nuestras audiencias (según sus necesidades, motivaciones, deseos, expectativas…)
-
La voz
Ahora que ya sabemos que la voz es la extensión verbal de la personalidad de marca. O dicho de un modo más simple, la voz transmite verbalmente cómo es la marca.
Se debe imaginar la marca como un personaje. ¿Cómo sería si fuera una persona? ¿Sería alguien extravagante o discreto? Entonces ¿cómo hablaría? ¿tendría una voz fina o áspera? ¿aterciopelada o estridente? ¿sería una voz ronca, chillona o seductora? ¿infantil, juvenil o madura? ¿tendría algún acento en particular? Cuánto más claro se tiene definido la personalidad de una marca, más fácil resultará definir cómo se expresa.
-
Tono
Llamamos tono a la manera en la que la marca se expresa según el entorno o la situación en la que se encuentre.
La voz ha de ser siempre la misma porque es la que comunica tu personalidad de marca, mientras que el tono se adapta.
El tono se compone de las palabras y expresiones utilizadas ¿insulta? ¿utiliza muletillas? ¿Cómo se expresa ante una situación triste? Existe un tono para cada situación en particular.
Para elegir el tono de comunicación adecuado a cada situación, plantéate siempre antes:
¿Cuál es el objetivo final de esa comunicación? es decir, ¿qué quieres conseguir?
Aquí algunos ejemplos de objetivos.
- Informar
- Despertar curiosidad
- Enseñar cómo se hace algo
- Entretener/Divertir
- Emocionar
- Vender
- Agradecer
- Calmar a un cliente o usuario enfadado
- Empatizar con un cliente o usuario para que se sienta escuchado y atendido
- Reconocer un error…
En función de ese objetivo, el tono de la comunicación podrá ser:
- Profesional
- Corporativo o formal
- Informal
- Cercano
- Humorístico
- Demostrativo
- Explicativo
- Testimonial
- Informativo
- Emocional
- Intrigante
- Humilde
- Empático
- Conciliador…
Por lo que hay que entender cómo es la situación, saber a quién se dirige la marca y el medio en el que escribe o habla.
Todos estos elementos que incluyen la voz de la marca se deben encontrar definidos en el manual de identidad verbal, el cuál debe ser planteado por el conjunto de personas que trabajan en la empresa.
¿Por qué? Porque la voz siempre debe ser la misma y no se debe arriesgar a que cada uno comunique y se exprese a su manera.