El covid-19 ha puesto de cabeza al mundo entero. Economías destrozadas, sistemas de salud saturados y mucha pero mucha incertidumbre. Paró en seco a todas las industrias a lo largo del globo, pero como dicen, el show debe continuar.
El trabajo remoto llegó como un parteaguas en medio de una tormenta. Ha permitido a las empresas continuar, hasta cierto punto, con sus actividades regulares. A 4 meses y medio del inicio de la cuarentena, haremos un recuento de los daños y aprendizajes que el trabajo remoto nos ha dejado.
El llamado que a todos nos llegó por sorpresa
Era inevitable que el virus llegara a México, vimos desde la distancia como países como China, España e Italia se veían obligados a detener sus actividades comerciales, escolares y recreativas y a entrar en una cuarentena por el bien general.
Sin embargo, ver con meses de anticipación las medidas que tomaban otros países no fue suficiente para realmente prepararnos y darnos cuenta de la magnitud del problema. El parón por el covid-19 nos llegó como balde de agua fría y obligó a todos los negocios a restructurar modelos, pensar en estrategias y mejorar su comunicación remota, pues no quedaba de otra.
Estos cambios llegaron casi de la noche a la mañana y hoy, a 4 meses del inicio de la cuarentena, los negocios que no se pudieron adaptar tristemente han quedado en el olvido o al borde de la quiebra.
Para las empresas esta situación ha funcionado casi como selección natural, solo aquellas que fueron capaces de adaptarse al cambio y acoplarse a esta nueva realidad han sido capaces de sobrellevar la situación y, en algunos casos muy específicos, aprovechar buenas oportunidades de negocio dentro de un contexto caótico en general. Algo que sin duda tiene mucho mérito y debe reconocerse y aplaudirse.
Juntas por Zoom (y 100 herramientas digitales más)
Todas las empresas corrieron por implementar herramientas digitales para poder continuar con sus actividades de la manera más rápida y natural posible. Compañías de mensajería y videoconferencias adaptaron velozmente sus paquetes y precios para poder darle servicio a la mayor cantidad de personas posibles. Sin duda uno de los mayores beneficiados del trabajo remoto han sido ellos.
Uno de los primeros en alzar la mano en pro del trabajo remoto fue Zoom. Plataforma que, fuera de la polémica en cuanto a privacidad, permitió a sus usuarios tener juntas por videollamada y acercar un poco a las personas a pesar de la distancia. Facilitando así la adaptación a esta nueva realidad en la que se trabaja desde casa y se ha perdido en gran parte el contacto humano y la camaradería que implicaba el estar en una oficina con los compañeros.
Herramientas digitales de mensajería como Slack y Google Chats instantánea brindaron apoyo a las empresas permitiéndoles comunicarse de manera rápida sin la necesidad de interferir en sus aplicaciones de mensajería personal como WhatsApp.
Otras aplicaciones como Asana dan la oportunidad de crear y monitorear tareas del equipo de trabajo de manera remota. Esto permitió que gerentes y encargados de áreas empresariales puedan estar al tanto de las labores de su equipo a pesar de la distancia.
Coordinación a distancia
Sin dudas una de las mayores afectaciones del home office es la falta de contacto humano, que si bien puede parecer que es únicamente un tema de camaradería y ratos de ocio, tiene implicaciones directas en el desempeño de la empresa.
Ya no es posible ir al lugar de un compañero y tener una plática de 5 minutos para compaginar el trabajo y aclarar dudas. Ahora es necesario saber comunicarse por mensajes, algo mucho más difícil de lo que parece, pues el “tono de voz” de un mensaje está abierto a la interpretación de la otra persona y los signos de puntuación pueden hacer que una oración diga totalmente lo contrario a lo que se quiere comunicar.
Las viddeollamadas sin dudas han sido la forma más efectiva de cubrir con este problema, aunque sea a distancia, es posible ver y escuchar a la persona y recibir el mensaje de la forma en la que se intenta comunicarlo. Sin embargo coordinar tiempos sigue siendo complicado y no resulta muy práctico realizar una videollamada cada vez que se necesite hablar con alguien. Sin contar, además, que este servicio está más sujeto a presentar fallas debido a la carga del internet, etc.
El ambiente organizacional sin la oficina
Entrar a la oficina te cambia el mood y hace que “cambies de velocidades” a modo trabajo. Todo el ambiente aporta a eso. El mobiliario, el estilo de trabajo, la decoración, la organización, la convivencia, etc Pero eso ya no existe, entonces el problema es crear ambiente organizacional sin tener una organización física
Varias empresas buscaron como solucionarlo. Lo que aprendimos de esto es que no necesitamos estar juntos para vivir el mismo ambiente
Para muchas personas trabajar desde casa ha sido complicado pues es difícil encontrar un balance entre la oficina y el espacio personal, pues el hogar es la zona de confort en donde las personas pueden relajarse.
Entrar a una oficina te cambia el estado de ánimo, significa un cambio de engrane en donde las personas pueden entrar en una mentalidad más productiva y eficaz para el trabajo. El mobiliario, la convivencia, el tipo de trabajo, la decoración del lugar, el olor a café o la vestimenta de trabajo son algunos de los elementos que ya no están presentes y que son echados de menos al momento de entrar en un ambiente laboral desde casa.
El problema ahora es crear un ambiente laboral en un lugar tan privado como el hogar, a lo que muchas empresas buscaron soluciones como prestar mobiliario, sillas, equipos de cómputo e incluso escritorios a sus empleados, con el fin de que cuenten con un lugar óptimo en donde se sientan comodos y puedan aportar de manera adecuada a la empresa.
La cercanía a distancia
Es muy fácil que todos se pongan en “modo freelance” recibiendo y enviando responasbilidades. Pero la camaradería de una oficina no se tiene que perder. Solo trasladar
Es muy fácil sentirse aislado y alejado de los compañeros cuando el único contacto que se tiene con ellos es a través de una máquina. Sin dudas es un cambio muy drástico que incluso puede propiciar una pérdida de interés en el trabajo o con la oficina. Pero estar a distancia no debe significar la pérdida de esa camaradería. Simplemente hay que saberla trasladar a un entorno digital. Establecer momentos de convivio, juntas disruptivas, actividades como juegos o videos divertidos pueden propiciar que ese ambiente laboral siga estando presente a pesar de estar alejados físicamente.
Lo que nos falta por aprender: perder el miedo
Estos 4 meses sin lugar a dudas han aportado mucho a la adaptación de este nuevo modelo laboral que desde hace algunos años ya se vislumbraba, pero que sin dudas llegó de forma abrupta y nos movió el suelo a todos. Sin embargo nos faltan muchas cosas por aprender.
Si algo aprendimos del trabajo remoto es que si tenemos la capacidad de trabajar desde el hogar y que no es únicamente un parche dentro de un problema mayor, sino que es un modelo que está listo para ser implementado incluso sin la presencia de una pandemia.
De pronto trabajar en una empresa ubicada en una ciudad donde no vives ya no es un impedimento. Sino una oportunidad, permite tanto a las empresas como a los trabajadores buscar opciones diferentes y sobretodo eleva la competitividad, algo imprescindible para la productividad.