La pesadilla se hizo realidad: Donald Trump es el nuevo presidente de los Estados Unidos de América.
¿Qué sucedió en estas elecciones? ¿qué habrá pasado que la señora Clinton no pudo llegar a la Casa Blanca a pesar de que sus propuestas eran por mucho más progresistas, interesantes y permitían la apertura y el progreso de la nación más poderosa del mundo?
Una de nuestras teorías es el fracaso de Hillary Clinton en su marketing político. Si bien muchas campañas interesantes se esgrimieron en apoyo a la candidata demócrata, como esta en la que los mismísimos Avengers te invitaban a votar por ella:
Sin embargo no fue suficiente, Donald Trump a pesar de ser un empresario de dudosa reputación y un político con ideas extremistas y retrógradas supo jugar bien en su papel: el patán, pero un patán auténtico.
La imagen del político que declara cosas arriesgadas aunque no esté bien visto por la sociedad se impuso a la imagen de la política acartonada tradicional. Y no sólo eso, el señor Trump utilizó trucos sucios de marketing para construir su imagen política y, para mal del mundo, funcionó. Aquí te tenemos unos ejemplos de cómo jugó sus cartas el candidato republicano para devolverle la Casa Blanca a su partido:
1. La nostalgia funciona, aunque sea falsa
El eje rector de su campaña fue “Make America Great Again”, una promesa pero también una declaración de principios. Al parecer, desde la lógica de Trump su país estaba en una crisis, aunque la realidad fuera otra.
Apelar a la nostalgia, aún falsa, es una técnica que todos han utilizado en una de esas pláticas incómodas durante una cena cuando no conoces a las personas que te rodean. Al momento sale a la plática la caricatura ochentera, o “cuando los billetes tenías tres ceros más”. Es un truco bajo, porque como dice la frase “todo tiempo pasado fue mejor”. El señor Trump hizo esto para apelar al electorado y a las personas que no conocían “la América de antes”.
Digamos que Trump se refería a la gran América de las postales del American way of life y no a la de la guerra de Vietnam.
2. Crea un villano, pero que no sea de “los nuestros”
Una de las propuestas del candidato republicano fue la construcción del polémico muro con México. Pero su xenofobia era todavía más peligrosa: prohibir la entrada a los sirios y libios, llevar un registro de musulmanes, y mucho más.
Si hay algo que une a todos los seres humanos, es el miedo a lo desconocido o ajeno. Esta técnica de Trump sirvió para alinear a todos bajo el estandarte del temor.
Cuando no tachaba a los mexicanos de “violadores” o “narcos”, estaba declarando que todos los musulmanes eran terroristas y que todos los sirios pertenecían al daesh. El miedo es una de las emociones más fuertes en el ser humano.
Un caso similar sucedió durante la Guerra Fría, donde hasta las representaciones más icónicas de “lo americano” representaban a uno de sus grandes temores: la URSS. ¿Recuerdas a este personaje?
https://www.youtube.com/watch?v=nof2f3ydjhM
3. Encuentra tu voz
Trump es un radical al que hay qué temerle.
Pero ¿qué hizo en su forma de comunicarse para lograr hablar un idioma que identificará a los estadounidenses?
Trump utilizaba el léxico del bravucón enojado de la secundaria y sus técnicas oratorias rayaban en lo demagógico, pero lo decía con tanta fuerza y en un lenguaje llano, que le hizo creer a la gente que estaba preparado para ser presidente y por eso no usaba terminología política complicada. Craso error.
Bueno, los resultados ya están dados. No es el fin del mundo, pero a partir de este momento tendremos que jugar a vivir en modo “hard”.