La imagen corporativa de tu marca es, en resumidas cuentas, la esencia que comunicas hacia tu audiencia. Es sumamente importante, por lo que lo es también poner reglas para llevarla a cabo de forma satisfactoria.
Aunque puedes controlar lo que comunicas, no tienes control sobre lo que tu audiencia percibe. De esto resulta el posicionamiento y lograr gestionarlo es la clave hacia una comunicación triunfante.
¿Por qué es importante la imagen corporativa?
Expliquemos más a detalle. El objetivo de todo esfuerzo de comunicación corporativa es crear percepción en una audiencia en particular, que ha sido delimitada a través de estrategias de segmentación de mercado.
Claramente, quieres que esta percepción sea positiva y se debe asociar con las características que busca encarnar la marca.
Sin embargo, hay algo que debes tomar en cuenta: la información que tu audiencia utiliza para formarse ideas sobre tu marca no siempre viene directamente de tus esfuerzos de comunicación.
Además, aun cuando tú eres la fuente de información, no puedes controlar las ideas que tu público obtiene de ti. Con frecuencia, habrá una discrepancia entre lo que tú dices y lo que escuchan.
Para dar frente a todos estos problemas es que existe la imagen corporativa. Su función es ser una guía que delimite cómo se desenvolverá la marca en los mensajes que emite al público. Por ende, disminuye la dicha brecha entre lo que comunicas y lo que se percibe.
Eso no es todo. Al generar un mensaje consistente y coherente, crea una comunicación más sólida y fuerte que se sobrepone a otras fuentes de información.
En términos simples: si planeas como hablas, te entenderán como quieres, y te escucharán a ti por encima de los demás.
5 reglas para una imagen corporativa increíble
Espera, ¿no estamos hablando de imagen corporativa? Entonces, ¿por qué todo el párrafo anterior se trató de “hablar” y “comunicar”?
Es sencillo: la imagen corporativa se gestiona desde mucho antes que lo audiovisual. Su alcance, igualmente, va más allá.
La imagen corporativa no es solo un logo. Tampoco es el conjunto de gráficos que acompañan a tu marca. Sí, incluye esos aspectos. Pero también incluye mucho más.
Es importantísimo el logotipo de tu marca, pero ahí no empieza ni termina la imagen corporativa.
Por eso, vamos a revisar 5 reglas básicas que seguir para construir una identidad increíble, desde los primeros pasos hasta una imagen sólida
- Conceptualiza tu marca
- Desarrolla el concepto
- Crea un manual de marca
- Aplica lo planeado
- Retroalimenta y aprende
Conceptualiza tu marca
¿Qué es lo que define tu marca? ¿Qué es lo que la hace diferente a todas las demás?
Si lo puedes decir claramente (¡En una forma en la que tu cliente lo entienda!), ya estás un paso adelante. Si no, este es el momento para pensar el concepto detrás.
En ēndor, utilizamos nuestras propias metodologías de conceptualización de marca. Estas involucran pasar por círculos de ideas cada vez más aterrizadas y claras, pasando por lo obvio hasta el insight: eso hasta el núcleo que definirá el comienzo de la imagen corporativa.
Así que el primer paso es conceptualizar tu marca. Es muy importante hacerlo bien: si no, estarás construyendo sobre suelo en desnivel.
Desarrolla el concepto
Una vez identificado ese concepto único que te hará resaltar, será la hora de desarrollarlo para que se vuelva concreto.
En esta etapa se hace el naming y el branding. Eso quiere decir que bautizamos a tu marca y creamos todos los elementos visuales y discursivos que la acompañarán.
¿Aquí ya va el logotipo? Sí. Pero también va una planificación profunda que lleva el concepto a un entendimiento completo de la personalidad y esencia de la marca, desde cómo se presente hasta cómo se desenvuelve frente a su audiencia.
Crea un manual de marca
Cuando el equipo creativo ha terminado de dejar volar su imaginación, es momento de pasarla a escrito. El manual de marca es ese documento indispensable que asegurará que todo de lo que ya has leído se ejecute siempre de la forma adecuada.
Contar con un manual detallado y bien desarrollado es clave, puesto que permite realizar satisfactoriamente todo lo que ya se planeó.
En este documento verás elementos como el logotipo, las tipografías, los colores y los usos adecuados para los elementos gráficos, en conjunto formando la imagen corporativa.
Aplica lo planeado
Ya sea llevado a cabo por los mismos cerebros que lo hicieron, o por un equipo diferente, es hora de tomar lo que fue desarrollado en las primeras etapas y descrito en el manual de marca para aplicarlo en la comunicación de la marca.
Ahora, prosigue crear campañas, anuncios, sitios web, cuentas de redes sociales y más, todo regido bajo una sola comunicación de imagen corporativa.
Retroalimenta
Al fin, ¿funcionó? ¿Tu plan de comunicación dio los resultados esperados?
Si no, es necesario hacer ajustes. Si no, ¡qué bueno! De todas formas, siempre hay algo que aprender para mejorar.
Estudia los frutos de tu imagen corporativa. Investiga qué percibe el público de tu marca. A partir de eso, tendrás todas las herramientas para hacer de tu próxima campaña más adecuada.
En fin, la imagen corporativa funciona de gran manera para hacer que el público comprenda y responda tu mensaje. Esa es su razón de ser. Cuando está bien planeada, los resultados se hacen notar.